jueves, 30 de junio de 2011

Aromas para identificar un vino en mal estado



Cuando descorchamos una botella de vino, nos preparamos para sentir una serie de aromas agradables, que son característicos de esta bebida: florales, frutados, especiados, etc. Ahora, ¿qué pasa si el vino huele a jarabe para la tos? ¿Está en mal estado? ¿Hay que cambiar de botella? La especialista estadounidense Mary Orlin, autora del blog The Wine Fashionista, despeja cualquier duda con una lista de 6 aromas para identificar fácilmente un vino en mal estado:



1. Jerez. Acercá tu nariz a la copa. ¿El vino huele como si fuera un jerez o tiene olor a nuez? Significa que está oxidado, o sea, que no se conservó correctamente o estuvo en contacto con una fuente de calor. El color también te puede dar una pista: si es rojo ladrillo, en el caso de un tinto, o dorado, en el de un blanco, no está bueno.

2. Vinagre. Si descorchas una botella y percibes un olor semejante al vinagre o al quitaesmalte de uñas. Ese aroma indica acidez volátil, que se debe a alteraciones bacterianas. Cambia la botella.

3. Huevo podrido. Este olor se debe a la presencia de sulfuro. Ocurre en los casos en que las bodegas emplean demasiado sulfuro en la producción del vino, para evitar la formación de microbios y bacterias.

4. Jarabe para la tos. La Brettanomyces es una levadura que se emplea en la producción de bebidas alcohólicas como el vino y la cerveza. Huele a jarabe para la tos e indica que el vino no goza de buena salud.

5. Corcho. En ocasiones, puede suceder que el tapón del vino se vea afectado por una bacteria (conocida como TCA), que hace que el vino huela igual que un sótano húmedo. Tomar ese vino no hace daño pero el aroma lo vuelve desagradable.

6. Fósforo ¿Alguna vez sentiste que el vino olía igual que un fósforo recién encendido? Se debe a los sulfitos, unos antioxidantes que se añaden al vino para evitar el desarrollo de bacterias. Este olor puede provenir de un vino recién embotellado.

Vía: www.informe21.com

lunes, 27 de junio de 2011

Aromascope, la nueva tecnología de los aromas en el cine


La cuarta entrega de la saga "Spy Kids", del cineasta Robert Rodríguez, añadirá una dimensión aromática a la experiencia de los espectadores en las salas de cine, informó hoy en un comunicado la productora Dimension Films. "Spy Kids: All the Time in the World" se proyectará en 3D y con una tecnología denominada "Aromascope", que permitirá que la audiencia perciba olores asociados con la acción en el filme durante 8 momentos del metraje. "A las familias les va a encantar la interactividad de esta nueva adición a la experiencia cinematográfica. Lo mejor de todo es que no tendrás que pagar extra para experimentar el 4D Aromascope, que se proporcionará a todos los cines, ya sea que proyecten el filme en 2D o en 3D", dijo Robert Rodríguez. Los asistentes a los pases de la nueva "Spy Kids" recibirán una tarjeta con una serie de números que tendrán que frotar a medida que estos aparezcan en la pantalla con el fin de liberar el aroma correspondiente. La saga "Spy Kids" fue una de las primeras en sumarse a la nueva oleada del fenómeno de las tres dimensiones con el estreno en 2003 de "Spy Kids 3-D: Game Over", que recaudó cerca de 200 millones de dólares en taquilla. "Spy Kids: All the Time in the World" está protagonizada por Antonio Banderas, Jessica Alba, Alexa Vega, Daryl Sabara, Danny Trejo y Jeremy Piven.

martes, 21 de junio de 2011

Vivir sin Aromas

Una pregunta para comenzar: ¿Se imagina pasear por un campo cuajado de primavera privado de la maravillosa sensación de disfrutar de sus aromas?, ¿entendería degustar un rico plato sin saborear a la par su olor?, ¿encendería y apagaría tranquilo el gas a sabiendas de que su nariz no podría alertarle de una fuga que pusiese en riesgo su salud?
Y es que el olfato nos conecta con el mundo en que vivimos y nos aporta una valiosa información sobre nuestro entorno. Eso a pesar de que es probablemente el sentido menos desarrollado de los seres humanos. Poco que ver con lo que sucede en el mundo animal donde, por ejemplo, el perro posee 20.000 veces más olfato que el ser humano.
«En las especies filogenéticamente inferiores el olfato, en la mayoría de ellas, llega a ser un sentido prioritario», explica el jefe de servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, Tomás García Fernández de Sevilla, quien insiste en que esto es una utopía para el ser humano.
Pero pese a todo y aunque este sentido en las personas no esté tan desarrollado, perder la capacidad de oler o no contar con ella al completo constituye un problema para aquellos aquejados por esta patología denominada anosmia, cuando la pérdida del olfato es total, e hiposmia, cuando es parcial.
Las causas
Y, ¿por qué se produce esa pérdida? García Fernández señala que se debe fundamentalmente a dos motivos. La primera de estas causas es «porque los vapores que desprenden las cosas y que transmiten el olor no llegan a la terminaciones nerviosas del nervio olfatorio que está en la nariz», apunta. Esto significa que cualquier tipo de obstrucción nasal puede producir una anosmia. Ésta es la denominada anosmia de transmisión «porque no se transmite».
Así en este sentido las obstrucciones nasales, pólipos, congestión, gripe, catarros intensos o un tumor nasal, pueden provocar mayor o menor grado de hiposmia e incluso una anosmia completa. Afortunadamente estas anosmias sí tienen tratamiento y se elimina la causa, bien sea un tumor, un pólipo o una obstrucción, el afectado recupera este sentido que le conecta con el mundo de los aromas y los olores.
La lesión del nervio olfatorio es la otra causa de la pérdida de este sentido. En este caso se conoce como anosmia perceptiva. «Ésta es la más severa y además no se soluciona fácilmente», detalla el responsable del servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario quien asegura que en muchas ocasiones se desconoce lo que origina la anosmia perceptiva. Aunque básicamente suele haber dos grandes causas.
Así, el origen puede ser de tipo vírico en el curso de una enfermedad vírica como puede ser una gripe, o bien puede estar provocada por un traumatismo craneoencefálico «con lesión de la lámina cribosa del etmoides, que es el techo de la nariz y suelo de la fosa cerebral anterior que es donde radica el bulbo olfatorio».
El tratamiento en el caso de estas anosmias, tal y como subraya el doctor García Fernández de Sevilla, es «muy malo». Y, ¿por qué? «Porque no hay conocimiento todavía suficiente de donde radica la lesión para poder recuperarla», matiza añadiendo, a renglón seguido, que algunas se recuperan «espontáneamente» transcurridos unos meses.
En el servicio de Otorrinolaringología señalan que la anosmia afecta a un porcentaje de la población más importante de lo que se cabría pensar.
También reconocen que este problema provoca cambios significativos en aquellos que lo sufren. «Supone una limitación. Lógicamente a unos pacientes no les supone ninguna y a otros les supone mucho», reflexiona indicando que hay personas que padecen anosmia que llegan a obsesionarse con saber si huelen bien o mal o con ponerse perfumes ante la inseguridad de no saber cual es el aroma que desprende su cuerpo.
Medir lo que olemos
Pero, ¿cómo se mide el olfato?, ¿cómo se sabe cuál es la capacidad que uno tiene para oler o la intensidad que le llega del olor en cuestión? Son preguntas que no son baladí. Y es que, como afirma García Fernández de Sevilla, mientras que sí es posible determinar con precisión la capacidad de visión o de audición, en el caso del olfato no sucede lo mismo lo cual también supone un impedimento añadido a la hora de encontrar tratamientos.
«En este caso la medida es muy subjetiva y, por tanto, los resultados, son muy subjetivos», puntualiza indicando que el «olfatómetro» del que algunos hablan no es completamente fiable.
También aclara que existe cierta confusión entre el olfato y el gusto, dos sentidos íntimamente ligados ya que «la boca y la nariz se comunican por la parte de atrás».
Así señala que hay una mezcolanza muy clara entre el sabor de un alimento y el olor. «Parte del olfato viene también por la inhalación a través de la boca y la parte posterior que va a la nariz y nos informa», apostilla García Fernández de Sevilla.
De ahí que no sea extraño encontrar a pacientes que sufren anosmia y que se quejan de alteración en el gusto aunque «está por ver si realmente hay lesiones en el aparato gustativo». Curiosamente cuando el problema es a la inversa esta queja no suele darse. «Vemos pacientes con lesiones del gusto que no se quejan jamás de alteraciones del olfato», subraya.
Restar importancia
El jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario advierte asimismo que generalmente «a todos los problemas de la olfacción les damos poca importancia».
Para ilustrar su afirmación el especialista en esta materia aporta un dato que no deja lugar a dudas por su contundencia.
Y es que en el último Congreso Nacional de Otorrinolaringología celebrado el pasado mes de octubre en Valencia de las 2.427 comunicaciones de toda la patología que se presentaron, tan solo cuatro se ocupaban del olfato.
Algo que a García Fernández de Sevilla no deja de sorprenderle. Máxime si se tiene en cuenta que en una sociedad del «ocio y el confort» como es la actual, el sentido del olfato cobra un papel muy importante.
«No sólo te alarma contra olores desagradables o peligrosos, como puede ser un escape de gas, sino que te pone en contacto con un mundo de placeres», señala subrayando la importancia de los aromas en la gastronomía, en los perfumes, en el vino.
«Es fundamental», reitera al respecto añadiendo un nuevo aspecto a tener en cuenta. «Todo el mundo sabe que el olfato, aunque el hombre lo tenga poco desarrollado, es un factor importante en el deseo sexual», indica García Fernández de Sevilla.



lunes, 20 de junio de 2011

Las 8 claves para emprender

Ser emprendedor es apasionante porque construyes algo de la nada, pero también lo pasas mal muchas veces a lo largo del camino. Llevo 16 años emprendiendo y me enorgullece poder decir que he colaborado en la creación de 6 empresas, disfrutando de muy buenos momentos pero también superando dificultades.
¿Qué he aprendido estos años que te pueda ayudar si empiezas ahora?
Estas son mis reflexiones:
1. Analízate: ¿sirves como emprendedor y como líder?
Ser emprendedor es muy motivador pero no es divertido. Hay momentos duros y difíciles, por eso es imprescindible el apoyo de tu pareja y familia para ser emprendedor.
Para ser un buen emprendedor has de ser buen comunicador y un buen vendedor. Eres el relaciones públicas de la empresa. Te pasas todo el día comunicando y vendiendo: con tu equipo, con tus clientes, con tus socios… Si no te gusta vender, no te metas a emprendedor.
También pregúntate: ¿Eres un buen líder?, ¿Te recuperas pronto de los “noes” y de los fracasos? Porque de esos, los hay cada día. Y además tendrás que absorber gran parte de las penas y quitar estrés a tu equipo, ¿podrás?
Deja de pensar que eres especial y que tu idea es brillantísima: las ideas no sirven de nada, lo importante es la ejecución. Por tanto, deja de preocuparte de que te la roben. Compártela con gente que admires, cuestiónala, pide consejos, pide que te hagan de abogado del diablo, muchos ojos ven más que dos…
Hay que ser humilde y saber decir lo siento a tu equipo, clientes, etc… Porque hay muchas veces que se mete la pata.
Tienes que invertir tiempo en conocer tendencias en todo el mundo, conocer qué se hace en otros países, crea tu blog con tu especialidad, cultiva tu personal branding en las redes sociales, fomenta el networking online y offline.
Y sobretodo: persiste, persiste, persiste…

2.- Tu idea, ¿es una buena idea?
Tu idea ha de ser la solución a un problema. Y cuanta más gente tenga ese problema al que tú vas a dar solución, mejor. Tienes que centrarte en esa idea y no dispersarte. ¿Cuántas cosas se pueden hacer perfectamente? Google no se construyó en un día y siempre se concentró en una idea: ser un buen buscador. Mantén tu plan de negocio sencillo.
3.- El negocio, ¿qué es lo más importante?
Si no hay ingresos, no hay negocio. Trata de ser rentable de inmediato.
Hay que construir un negocio sostenible por sí mismo, y no basado en adquisiciones hipotéticas o imaginarias inversiones de capital. Deja de pensar acerca de “muchos mañanas” y céntrate en “el ahora”. El cash o morir.
No te dediques a hacer planes estratégicos. Dedícate a vender. Intenta empezar siempre con un colchón, pensando que tu empresa no será rentable durante los 3 primeros años.
Divide siempre tus expectativas por 4. Nunca se cumplen los Business Plan. Ten en cuenta que los ingresos serán menores de lo esperado y los gastos siempre serán mayores.
Reduce al máximo tus costes fijos. Si puedes empezar trabajando en el garaje de tu casa, mejor; si puedes contratar freelance, mejor, etc… Al principio, tendrás que pagar salarios bajos.
Construye tu negocio sobre la transparencia de la verdad. Así podrá tener grandes raíces. Y no intuyas lo que puedes medir. En internet se puede medir todo.
Que tu prioridad siempre sea el cliente. La gente quiere que se ocupen de ellos: ¡quieren que les quieran!
4.- El equipo ¿cómo debe ser?
Contrata despacio, despide deprisa.
Piénsalo mucho antes de contratar. Pide referencias de la gente que vayas a contratar en sus anteriores trabajos. Primero, si es posible como freelance, así les conoces bien antes de contratarles en plantilla…y cuando contrates piensa antes ¿es realmente necesaria esa persona?
Si alguien de tu equipo no funciona por lo que sea, piensa que la gente no cambia. Despídela inmediatamente. La gente que mete mal rollo en la empresa, es como un cáncer…
Que el equipo sea flexible, creativo, que tomen la empresa como suya. Que sean SONOPROS: soluciones, no problemas. Y sobretodo: ¡Que les guste vender!
Rodéate de gente mejor que tú y muy diferentes a ti. Promociona la diversidad.
Y… ¡Sé agradecido! Si la gente te da más de lo esperado, dales siempre más de lo que esperan. Ten detalles de generosidad con ellos cuando menos se lo esperen.
5.- El tema técnico, ¿escollo u oportunidad?
Si estás en un proyecto de internet, piensa que al igual que el BP, el tema técnico siempre va peor de lo esperado y que la media de los retrasos están entre 3-6 meses respecto al periodo pactado.
Contrata equipo técnico experto (que venga recomendado por otros clientes) y un buen contrato con penalizaciones si hay retrasos.
El tema técnico puede ser un escollo o una oportunidad. Si le das la importancia que tiene, será una oportunidad.
6.- Socios y ¿un buen abogado?
Sólo uno puede ser el CEO y ha de tener la responsabilidad final. Mejor que sean socios complementarios y compatibles en valores.
Complementarios: si hay uno muy buen comunicador, que el otro sea mejor técnico.
Compatibles en valores como: trabajo, cultura, educación, que le den el mismo valor al dinero…
Hay que redactar un pacto de accionistas y “redactarlo como enemigos para seguir siendo siempre amigos”
El peor defensor de tus intereses eres tú mismo, así que para esta ocasión coge un buen abogado.

7.- La competencia
La competencia es buena. Y si te copian, ¡mejor! Te convierte en un asesino (comercial). Te ayuda a espabilarte y en definitiva a ser siempre mejor y para ello, hay que innovar.
Antes se decía: “al enemigo, ni agua y en el desierto, polvorones”
En un mundo global como el actual me gusta decir: “al enemigo, un vasito de agua, porque nunca se sabe…”
En el futuro, quizás puedas adquirirlos. O ellos a ti, o un tercero más grande a ambos.
El caso es que siempre hay que respetar a la competencia.

8.- Vender o no vender
Si eres un buen emprendedor y te llega una buena oferta de compra de tu empresa: ¡¡¡Vende!!! Con ese dinero, podrás fundar muchas empresas más.
Te dará pena porque te ha costado mucho sacar la empresa adelante y la ves casi como un hijo, pero piensa que es una oportunidad para poder seguir invirtiendo en tu don: “ser emprendedor”, es decir, “tener buenas ideas y ponerlas en marcha”
Y sobre todo vive con pasión y celebra tus éxitos con el equipo. Son los momentos inolvidables en los que te das cuenta de que:
¡Todo el esfuerzo ha merecido la pena! Porque al final si encuentras un trabajo que te gusta, no tendrás que trabajar en toda tu vida.

Elena Gómez del Pozuelo http://www.mujeresconsejeras.com/

martes, 14 de junio de 2011

¿A qué huelen los libros?



Mucha gente entra en las librerías y sigue el típico ritual de echar un vistazo a las novedades, mirar las portadas, ver los tipos de letra y leer la sinopsis. Una minoría de tarados, además de todo eso, olemos los libros. Más de una vez me han pillado con la nariz metida entre las páginas de una novela y he visto a gente recelar de mi actitud. No es muy normal, desde luego, ver a un tipo con expresión de goce sideral en esa situación pero es la única manera de no perderse la primera cata fantasiosa que, más de una vez, me ha hecho decidirme por comprar cierto libro.
Desde luego, no todos los libros huelen igual. Las ediciones de papel reciclado no huelen igual que las baratas de papel basto. Ni los libros de tapa dura igual que los que llevan cubiertas de fino cartón. Los libros de bolsillo no huelen igual que las enciclopedias. Los libros que ya han sido manoseados no huelen igual que aquellos que tenemos que desprecintar. Los libros nuevos, en fin, no huelen igual que los libros viejos. Y, desde luego, un mismo libro no huele igual después de haber estado en dos casas distintas, de haber estado en distintas manos. El olor de un libro es como un cuento porque, entre otras cosas, leer es cerrar los ojos y dejar que penetren dentro de ti todas las letras y todos los olores. Pocas cosas son comparables al olor de un libro. Desconozco si se trata del olor de la tinta, del pegamento, del papel, del viaje que nos propone o de los recuerdos que se acunan entre sus páginas. Puede ser la colonia que alguien dejó entre sus hojas, el olor del café que se derramó, el pétalo de una rosa que alguien abandonó en una página concreta o las lágrimas que cayeron y doblaron alguna de sus hojas. Lo primero que hay que hacer al coger un libro es olerlo como si fuese una fresa. «Los libros se huelen y, aparte de esto, pueden o no leerse luego», decía César González Ruano. De hecho, seguro que hay gente en el mundo que compra libros sólo para olerlos y que tiene ordenada su biblioteca por olores.
No se me olvida, desde luego, el olor simbólico que va cosido a la piel de cada libro. Así, 'El nombre de la rosa' huele a incienso y tinta". 'Pinocho' huele a la manzana que lleva de la mano y a la madera de la que está hecho. Las novelas de James Ellroy huelen a sangre y pólvora. Julio Verne huele a mar, 'El capitán Trueno' a mi infancia y 'La dama de las camelias'" a enfermedad. Está el olor de la pipa de Sherlock Holmes, el olor a pastas y té de Miss Marple, el olor del metro que persigue a Zazie, el olor de las fogatas de los campamentos de 'El señor de los anillos', el olor a whisky de Bukowski, el olor del orgullo pisoteado en la campiña inglesa de 'Orgullo y prejuicio', el olor a opio que supuran 'Las flores del mal'. Cortázar huele a jazz y Paco Taibo a Pepsi-Cola. 'Fahrenheit 451' huele a humo, el de los libros quemados. 'Como agua para chocolate', es evidente a lo que huele. ¿Y a qué huele 'El perfume'? ¿No habrá ningún perfumista al que se le ocurra crear un perfume de libros?. Podría llamarlo 'eau de lire'. No olviden nunca que leer es un viaje compartido y aromático. Una promesa de aventuras y buenos momentos. Felizmente, nos quedan los libros. Y sus olores.


Vía: navegando por internet

miércoles, 8 de junio de 2011

Aromas de colección


¿A qué huele una obra de arte? A flor de naranjo, tostada, tabaco, heno, miel azucarada, hongo, ozono, ahumado, frutos, madera y un montón de cosas más. O por lo menos esto es lo que percibe Ernesto Ventós ante cada una de las piezas de su colección, que recoge firmas tan reconocidas como Chillida, Barceló, Tàpies, Plensa, Christo y Rebecca Horn, y formatos tan diversos como pintura, instalación, vídeo, fotografía y escultura. Y siguiendo esta clasificación aromática las exhibe en la muestra Olor Color, en el Arts santa Mònica hasta el 25 de septiembre.
No es la primera vez que el perfumista, de ahí su pasión por los olores, expone su fondo, de hecho esta es la decimocuarta muestra, pero sí es la primera vez que lo exhibe de esta forma: asociando las piezas a una paleta de olor y color. ¿Significa esto que las obras desprenden físicamente algún tipo de aroma? No. Significa que para el coleccionista, las piezas evocan notas olfativas, recuerdos que él percibe a través del olor, «como el aroma de la luna cuando se retira al amanecer o la tierra húmeda del País Vasco», apunta Ventós.
Siempre es así. De hecho, para comprar las piezas el coleccionista se guía por la nariz, no por la vista. «Si una obra no le recuerda alguna cosa olfativamente, la descarta», explica Crsitina Agàpito, conservadora de la colección Olor visual, que así se llama el fondo de arte atesorado por Ventós durante los últimos 33 años. Una colección -cuya cifra total no quiere revelar, por considerarlo intrascendente- que empezó a gestarse en 1978 en la Fundació Miró, cuando en el centro de Montjuïc se presentó Suggestions olfatives, una de las primeras exposiciones en Barcelona que relacionaban arte y ciencia.
Fue entonces cuando Ventós empezó a contactar con artistas y galerías para que interpretarán plásticamente el olor, al tiempo que los artistas conceptuales le pedían que creara equivalencias entre colores y olores. El primero en entender sus intenciones fue Albert Ràfols-Casamada, que de hecho ya tenía una serie dedicada a sus recuerdos olfativos de infancia. De este conjunto de pinturas salió la primera obra de la colección de Ventós: Lavanda (1979).
La paleta del perfumista
Luego vinieron otras piezas por encargo como la escultura The Smell of Art (2010), en la que Eugenio Merino reproduce al coleccionista con la pieza Mierda de artista (una lata que supuestamente contiene excrementos), de Manzoni, entre las manos. Y otras piezas compradas en el mercado, como Red (2006) de María Núñez, y Cyc 9, de Bill Durgin. Todas ellas forman parte de las 88 obras expuestas en la muestra y que se han seleccionado con criterios olfativos y se han clasificadas según la paleta del perfumista: una tabla periódica que relaciona colores con olores. Así, bajo el criterio Cítrico se muestran tres piezas marcadas por los tonos amarillos, pero en Animal no mandan los colores sino las texturas de la piel o los órganos vitales.
El objetivo de todo ello: aprender a mirar las obras de arte desde el sentido más íntimo, el olfato.

martes, 7 de junio de 2011

Experiencias Olfativas en los Hoteles del Mundo

El buen olor, atrae huéspedes

Cecilia Galbraith salió del ascensor del Hotel Mandarin Oriental Miami y de inmediato percibió el aroma de una tendencia en la mercadotecnia del sector.
“Era incienso”, dijo Galbraith, de Orlando, que pasaba sus vacaciones en Miami, notando la atmósfera zen del aroma y el corredor poco iluminado. “Bromeábamos sobre la serenidad, que es la imagen de este hotel, serenidad y calma”.
La quema de incienso en el Mandarin Oriental dos veces al día es parte de la rutina del hotel desde su inauguración hace unos 10 años. La práctica —a veces con velas, más veces con difusores de olores— se ha popularizado a medida que las grandes cadenas hoteleras de todo el mundo han adoptado olores distintivos y nuevos hoteles agregan los aromas a sus esfuerzos de comercialización.
Miami Beach será el centro de la industria de la comercialización aromática a finales de este año, cuando la ScentWorld Expo —celebrada por primera vez en el 2008— tiene previsto reunirse en el Gansevoort.
Los hoteleros crean olores distintivos para ayudar a establecer un estado de ánimo que dé la bienvenida a los huéspedes, pero también para establecer un vínculo profundo y subliminal que imprima la marca de su hotel en la memoria del huésped. A diferencia de una perfumería, la experiencia aromática en la mayoría de los hoteles es sutil.
De modo que una escala en el Ritz-Carlton de South Beach incluye aromas de mango y durazno. En el caso del Gansevoort de Miami Beach, el olor es a té verde, “elegido por su aroma relajante, sensual y atractivo internacional”, según el hotel.
Adoptada fuera del sector hotelero por vendedores minoristas, casinos, concesionarios de automóviles e incluso algunos hospitales (que esparcen un tranquilizante perfume de lavanda en las salas de emergencia), la comercialización mediante aromas es una industria multimillonaria que debe seguir creciendo.
“Todo el mundo está inundado de estímulos visuales y auditivos”, dijo Steven Semoff, copresidente del Instituto de Mercadeo Aromático , un grupo con sede en Scarsdale, Nueva York. “El sentido del olfato está conectado directamente con las emociones. Cuando usted huele algo, le provoca un recuerdo o una emoción”.
Cuando Chris Tompkins y sus colegas se preparaban para lanzar B Ocean Fort Lauderdale, que se inauguró en enero, se sometieron a un extenso proceso olfativo para decidir cómo debía oler el vestíbulo.
“Vivimos en un entorno con brisa marina. ¿Cómo podemos capturar esa brisa del mar con una frescura que no huela francamente a pino o antiséptico, y que no huela a colonia?”, preguntó Tompkins, vicepresidente de B Hotels & Resorts.
El resultado es una combinación de tomillo, té blanco y hierbas, dijo Tompkins, que ha resultado ser un éxito entre los huéspedes. Tomkins dijo que la marca incluirá aromas distintivos en cada hotel.
Aunque algunos hoteles y casinos usan fragancias desde hace más de una década, muchas cadenas hoteleras han adoptado la comercialización mediante aromas más recientemente. Starwood lanzó fragancias distintivas para varias de sus marcas, como Aloft (cítrico-floral), Westin (té blanco) y Element (té verde y hojas de abedul con manzana verde, menta y jazmín), en el 2006. Four Points by Sheraton les siguió en el 2009 con un aroma que huele, según un representante, a “campos frescos después de una tormenta de verano”.
Kimpton’s Epic, en el centro de Miami coincide en el predominio del olfato con otros hoteles en el campo de las boutiques: aromas de cítricos, pimienta negra, clavo y té verde. Eric Jellson, director de ventas y mercadotecnia, dijo que la compañía “vio que había una verdadera conexión emocional con sus huéspedes si los hoteles trasmitían un olor similar dondequiera que estuvieran en el país”.
Aunque las habitaciones y los ascensores en el W South Beach comparten el aroma de los otros hoteles W, el vestíbulo tiene una esencia de gardenia que es única de Miami Beach. http://www.elnuevoherald.com/