martes, 12 de febrero de 2013

¿Disfrazar olores o mejor eliminarlos?

Esta semana se celebra, en distintas ciudades, el Carnaval. Son fechas en que el ambiente de fiesta se respira en ciudades, barrios, pueblos.....  El carnaval es una celebración pública que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana y que combina algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. Su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol. Según dice la leyenda, durante la noche de carnaval todo vale, de ahí el uso de las famosas máscaras. 

Pero la simple acción "disfrazar" es un término empleado en distintos campos. Por ejemplo, cuántas madres no han dicho eso de "... yo, para que el niño me coma verdura se la disfrazo con tomate o con queso..."  o "esta camisa está limpia pero huele a tabaco,  así que mejor me tiro un poco de colonia y disfrazo el olor..." Aquí es donde quería llegar. ¿Qué preferimos, disfrazar o eliminar olores? Seguramente que alguna vez hemos recurrido a disfrazarlos pero el objetivo final siempre es eliminarlos. 

Un caso concreto es el que protagonizó la marca de coches Ford con los vehículos usados. Se hizo un buen ejercicio de neutralización de olores. Y es que, a quien no le gusta estrenar un coche, aunque sea usado, y que huela como nuevo? Pues bien, Ford consiguió este proceso y los clientes, al comprar un vehículo de estas características, tenía la sensación de estrenar coche. Diríamos que en este caso se hizo una buena campaña sobre marketing olfativo