Se dice que los seres humanos pueden distinguir hasta 10 mil aromas diferentes. Poco a poco se ha ido reconociendo el efecto que pueden tener a nivel físico, emocional y espiritual.
Los aromas han sido utilizados por el hombre desde épocas inmemoriales. Hay rastros de su uso en restos de hombres de Neanderthal, posiblemente chamanes o brujos. En la Antigüedad, pueblos como los egipcios, griegos y árabes usaban ampliamente los perfumes. Estos se utilizaban tanto con fines de embellecimiento, como terapéuticos y ceremoniales.
No es casualidad que el olfato sea el sentido más desarrollado que tiene el hombre al nacer. Es así como el recién nacido puede distinguir el olor de su madre y buscar el pecho para amamantar. Las sensaciones que despiertan las células olfativas viajan directamente al sistema límbico y específicamente al hipotálamo, donde reside la cuna de las emociones y la memoria. Es así como hacemos asociaciones de los aromas a sentimientos, personas y experiencias que pueden ser de bienestar o malestar. Sólo una vez que se realiza ese viaje a esta zona profunda del cerebro, se procesa en una sección ubicada en la parte inferior del lóbulo frontal y que permite un análisis más racional de la sensación.
Los aromas han sido utilizados por el hombre desde épocas inmemoriales. Hay rastros de su uso en restos de hombres de Neanderthal, posiblemente chamanes o brujos. En la Antigüedad, pueblos como los egipcios, griegos y árabes usaban ampliamente los perfumes. Estos se utilizaban tanto con fines de embellecimiento, como terapéuticos y ceremoniales.
No es casualidad que el olfato sea el sentido más desarrollado que tiene el hombre al nacer. Es así como el recién nacido puede distinguir el olor de su madre y buscar el pecho para amamantar. Las sensaciones que despiertan las células olfativas viajan directamente al sistema límbico y específicamente al hipotálamo, donde reside la cuna de las emociones y la memoria. Es así como hacemos asociaciones de los aromas a sentimientos, personas y experiencias que pueden ser de bienestar o malestar. Sólo una vez que se realiza ese viaje a esta zona profunda del cerebro, se procesa en una sección ubicada en la parte inferior del lóbulo frontal y que permite un análisis más racional de la sensación.
Se dice que los seres humanos pueden distinguir hasta 10 mil aromas diferentes. Poco a poco se ha ido reconociendo el efecto que algunos de ellos pueden tener a nivel físico, emocional y espiritual. La aromaterapia es la técnica que se ha desarrollado para aplicar los beneficios de estos aceites esenciales que se extraen directamente del mundo vegetal.
Vía: guiteca.com