martes, 18 de enero de 2011

Terapeútica y Aromas


Afuera llueve y hace frío, un tiempo perfecto para quedarse en casa. Cuando el clima no acompaña, qué agradable es poner un aroma a canela en el comedor, tomarse un baño de burbujas de lavanda, recibir un masaje con aceite de cítricos o sentarse en una sauna con rico olor a hierbas. Los aromas pueden ser terapéuticos, influyen sobre los sentimientos, el humor y el cuerpo en su totalidad. Las lociones corporales con perfume, los baños e infusiones tienen muchas aplicaciones, y los masajes con aceites esenciales se usan en la fisioterapia."Pueden producir una sensación de bienestar y relajación", subraya Angelika Heck-Darabi, miembro de la Asociación Alemana de Fisioterapia.El uso de las esencias no es nuevo, ya que se utilizan en rituales y medicinas desde hace milenios, por no mencionar la higiene personal. "En el antiguo Egipto, por ejemplo, las mujeres conocían los efectos afrodisíacos de los aceites vegetales perfumados", afirma la farmacéutica Margit Schlenk. Se dice que tanto el jazmín, el almizcle, la canela, el sándalo y la vainilla tienen efectos eróticos.¿Pero cómo es que los aromas influyen sobre el ánimo y el cuerpo? La percepción de un olor comienza en la membrana mucosa de la nariz. De allí se envía una señal directamente al sistema límbico, la central de las emociones y el comportamiento impulsivo en el cerebro."Un olor deja una impresión duradera en el momento preciso en que se percibe de forma consciente", subraya Jenny Pohl, portavoz del fabricante de aceites esenciales Primavera, en base a un estudio israelí.Eso ocurre por ejemplo al sentir la madera recién cortada en un paseo por el bosque, la fragancia de rosas en un jardín o el aroma de las galletas en la cocina de la abuela. Los olores se graban de inmediato como recuerdos, y volver a sentirlos evoca los sucesos y sentimientos asociados a ellos. Una pizca de canela o de rosas bastará."Los aceites esenciales usados en un masaje también logran su efecto penetrando en la piel y en algunos casos por las vías respiratorias", indica Heck-Darabi.Pohl recomienda que los aceites sean totalmente naturales, sin mezclas, sin aditivos sintéticos y sin diluir con otros. Como son muy concentrados, se aplica aquello de "menos es más". "Unas pocas gotas son suficientes", señala Pohl. Los aceites para el cuidado de la piel no deben mezclarse, sino combinarse con otras sustancias, como el que echado en un baño no se unirá al agua, sino que flotará en la superficie. Las emulsiones naturales incluyen también a la leche, la nata y la miel, que sirven asimismo como acondicionadores para el baño.

Por Sabine Maurer